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Malos hábitos en la salud bucodental de los niños

Los malos hábitos en los niños son un conjunto de costumbres que en muchos casos se hacen permanentes desde la primera infancia.

El problema con estos hábitos es que pueden afectar severamente la salud bucal de tu hijo causando apiñamiento dental, rotación y mal posición de los dientes.

Incluso, pueden llegar a acarrear consecuencias más severas como un retraso en el desarrollo del hueso maxilar o problemas de maloclusión permanentes.

¿Cuáles son los malos hábitos de los niños que afectan la salud dental?

Algunas de estas malas prácticas se adquieren de forma inconsciente y ocurren como producto de predisposiciones congénitas que impiden respirar bien cuando el niño duerme. Este es el caso de la respiración bucal.

Un signo característico de los niños que tienen esta condición son los orificios de la nariz poco desarrollados, por lo que se ven de un tamaño muy pequeño. Otras características son la irritabilidad, falta de atención, ojeras y dificultad para conciliar el sueño.

Otros malos hábitos son inducidos, como la costumbre de chuparse el dedo, o el uso de chupete, el cual está totalmente desaconsejado por los pediatras y muchas veces es estimulado por la madre para evitar que el niño lactante llore cuando tiene hambre o cuando se le ha retirado el seno de la boca después de alimentarse.

Es posible que algunos hábitos como el de chuparse el dedo, o morderse los labios, sean producto de algo que produce ansiedad en el niño y este canaliza sus impulsos hacia estas prácticas que atentan contra su salud bucal.

Existe una condición llamada mala deglución que se puede detectar por la posición de la lengua al estar en reposo. Normalmente, ésta debe quedar tras los dientes centrales. Sin embargo, en las personas que tienen esta condición, es frecuente ver su lengua colocada sobre el labio inferior, manteniendo la boca abierta y facilitando la respiración bucal.

Consecuencias de los malos hábitos en la salud bucodental

Los problemas que este tipo de condiciones ocasionan son innumerables. En el caso de la mala deglución, esta es la causa más frecuente de una maloclusión, falta de contacto entre los dientes superiores e inferiores cuando se muerde. Esta malformación también es producida por el hábito de chuparse el dedo y el de morderse el labio.

En el caso de la respiración bucal, esta trae problemas de atención y concentración. Además puede conllevar la irritación de la mucosa nasal que tiene como consecuencia la rinitis crónica y la desviación del tabique nasal.

Prevención y tratamiento de los malos hábitos dentales de los niños

Todas las malas prácticas son posibles de corregir con la ayuda de los psicopedagogos y los odontopediatras. Existen varios tratamientos para ayudar a los niños a dejar el chupete, superar la adicción de chuparse el dedo o morderse el labio.

En cuanto a la respiración bucal, es probable que se deba recurrir a tratamientos más invasivos como la cirugía para remover adenoides recrecidas, o la de corrección de la desviación del tabique nasal. Estas suelen ser las causas fisiológicas más frecuentes de esta condición.

En cualquier caso, no dejes de acudir a la consulta con el odontopediatra. Éste especialista señalará cuál es el mejor tratamiento a seguir para evitar los problemas de salud dental de tu hijo.

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Implantes cigomáticos ¿que son?

Los implantes cigomáticos son una opción a los implantes convencionales y se utilizan cuando un paciente ha perdido una o varias piezas dentales en la parte superior y no tienen calidad ni cantidad de hueso maxilar suficiente para soportar los implantes dentales corrientes.

También se utiliza en personas en las cuales las técnicas de regeneración ósea, como injertos o elevaciones de seno, no garantizan los resultados esperados.

Implantes cigomáticos. Características

El implante cigomático se utiliza cuando la boca del paciente ha sufrido una gran cantidad de pérdida de hueso. Esta pérdida de estructura ósea puede ocurrir cuando una persona ha estado sin dientes durante bastante tiempo. Por lo tanto, no ha habido estimulación y el hueso se ha reabsorbido.

No obstante, las enfermedades periodontales, el uso de dentadura postiza y la edad también pueden influir en el deterioro óseo. 

El procedimiento consiste en una técnica implantológica avanzada y su nombre se debe a que el implante se ancla en el hueso cigomático. El hueso cigomático es muy denso, y esta alejado de la cavidad oral, propiedades muy favorables para el anclaje de este tipo de implantes.

Los implantes cigomáticos están indicados en pacientes sin piezas dentales de forma completa o parcialmente, que presentan un maxilar superior atrófico severo. Su estabilidad inicial es muy elevada, lo que permite la colocación de la prótesis dental fija desde el primer día.

El procedimiento es complejo e invasivo y por eso requiere de médicos especialistas maxilofaciales, con un amplio conocimiento anatómico de la región, para conseguir los mejores resultados y evitar complicaciones. Solo se realiza en caso de que no haya otra manera de realizar los implantes para reahabilitar la arcada del paciente.

Procedimiento quirúrgico

El tratamiento es específico según la situación de cada paciente. Es por este motivo que debe realizar un estudio oclusal, Scanner o TAC dental del maxilar superior. Así se puede estudiar las características anatómicas del maxilar superior y cigoma donde se colocarán los implantes.

En algunos casos se utiliza un programa de simulación de cirugía virtual para probar las diferentes posiciones en las que se pueden colocar los implantes y de esta manera determinar cuales son las mejores opciones.

Al ser un procedimiento complejo, requiere una serie de estudios para determinar el estado de salud del paciente que, en general debe ser el adecuado para evitar complicaciones, comenzando con una exhaustiva historia clínica, exámenes y pruebas complementarias.

La operación se realizar bajo anestesia local combinada con sedación oral o intravenosa. 

Existen 4 técnicas quirúrgicas para colocar este tipo de implantes: Branemark, Stella y Warner (“Sinus slot technique”), la técnica exteriorizada y la técnica ZAGA (Zygoma Anatomy-Guided Approach).

Consejos para el postoperatorio

Durante las primeras 24hs se recomienda guardar reposo y aplicar frio local de forma externa para disminuir la inflamación. 

Evita la ingesta de todo tipo de bebida y alimento durante las dos horas posteriores. Después se deberá mantener una correcta hidratación del organismo, pero evitando bebidas y comidas calientes, al menos hasta que se recupere completamente la sensibilidad.

Tras la intervención es recomendable mantener una gasa en el área intervenida durante las 24-48 horas posteriores, ya que es habitual que se produzca un leve sangrado. Esta gasa deberá cambiarse periódicamente. 

Es importante dormir con la cabeza lo más elevada posible y mantener una correcta higiene bucal una vez ha transcurrido un día desde la intervención quirúrgica, pero sin cepillarse ni usar hilo en la zona intervenida al menos por 48hs.

El alcohol y el tabaco pueden comprometer el éxito del tratamiento, por lo cual es indispensable evitarlos al menos por unos días.

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